siente la calle

Probablemente la iniciativa Siente Marbella no sea lo que algunos entiendan por arte en la calle. Puede que más de uno lo vea como una estrategia comercial para atraer clientes a los bares del centro en estos tiempos que corren. Y puede que tengan razón.

Lo cierto es que el sábado pasado anduvimos por las calles del casco antiguo de Marbella, calles con encanto que si no fuera por algunos nombres de negocios y por la presencia de muchos extranjeros podrían ser de cualquier otro lugar de la costa, menos de una de las ciudades más turísticas de España.

Música en directo, cuadros y esculturas en algunos rincones y gente, gente curioseando entre los lienzos, gente disfrutando de la música en vivo, y por supuesto terrazas llenas de gente y mucha animación hasta más allá de las primeras horas de la tarde.

Si el arte es la excusa o la coartada, bienvenido sea. Si alguien saca los cuadros hacinados en su casa o en su taller para atraer clientes a los bares y a la vez embellecen las calles con su arte, bienvenido sea. Si alguien compra algo en ese vagabundeo indolente del mediodía de primavera, bienvenido sea.

Seguramente esta iniciativa no pase a la historia por su originalidad, o por su aportación al mundo del arte (tanto de la música como de la pintura o la escultura), seguro que los puristas, los outsiders, los artistas radicales o los amantes de los museos sólo vean en todo esto una farsa comercial.

Puede que tengan razón, pero ese mediodía de primavera en el casco antiguo de Marbella con música, con arte y con cerveza me pareció una buena manera de sentir la calle.