El fin de semana pasado estuvimos por Sevilla y aprovechamos para hacer algo más que tomar cervecitas y tapas (que ya está bien). Dentro de la agenda entraron un par de visitas a dos lugares, dos espacios para el arte.
El primero fue la Sala La Fundición donde nuestra Rafaela expone una muestra de fotografías bajo el título "El ciclo mineral". El trabajo de nuestra amiga, como siempre, es de lo mejor y es de destacar especialmente su montaje sobre láminas de acero que hacen que las imágenes cobren una fuerza brutal.
Lástima que ni la iluminación ni la disposición de las obras en el espacio acompañen a la calidad del material: el pasillo de los aseos no parece que sea el mejor sitio para sus imágenes. De todos modos, estar en algún sitio a la vista de cualquier desconocido ya es mucho.
El segundo lugar me resultó más sorprendente porque no lo conocía y por su propuesta urbana y cosmopolita que encaja a la perfección en una zona como La Alameda. Se trata de La Caja Habitada, un albergue con espacio de arte en planta baja, para exposiciones, actuaciones, etc.
A pesar de la noche lluviosa, el sitio estaba abarrotado por una fauna noctámbula y fiestera con ganas de disfrutar la música y otras "atracciones" que los anfitriones habían preparado (hasta la performance no aguantamos, lo siento)
La frescura de la iniciativa, al margen de cualquier "oficialidad" seduce y contrasta con la esclerotizada oferta del panorama general. He dicho.
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