De pequeño siempre me decían que dibujaba muy bien y me preguntaban qué quería ser de mayor. No sabia qué contestar, hasta que un dia dije "arquitecto", y como viviamos con lo justo, a mis padres se les puso cara de poker...
Cuando terminé lo que por aquel entonces se llamaba la EGB, a los catorce años, y teniendo que estudiar todo el verano para recuperar las asignaturas pendientes, se me planteó el dilema de qué hacer finalmente. Tenía claro que lo mío no era estudiar. No quería ir al Instituto, pero cerca de casa estaba el centro de Formación Profesional y uno de los cursos que impartían era Delineación. "Bueno, es un primer paso para llegar a ser arquitecto", me dije, así que me matriculé y empecé mi vida de adolescente, esperando llegar algún día a ser arquitecto...
En la foto familiar de arriba ¿adivinas quien soy?
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